Wednesday, May 4, 2011

#61 « Esto no es serio

Ella se instaló una noche al llegar a casa. Se quedó allí con un contrato indefinido, adormecida de aceras frías. Cuando ella se instaló en mi dormitorio la intuí como un polizón en una barcucha de dos metros cuadrados. No la hice demasiado caso, la ignoraba o la omitía como una sorpresa omite su reacción causal, pero siempre estaba allí. Ella esperaba su momento para meterse entre las entrañas y reventar arterias. Cuando dejó de ser una presencia para dormir a mi lado dejé de ser. Y desde entonces la llevo siempre conmigo; las farolas le dan luz, la música la apacigua. El calor de unas tetas entre los dientes le hacen mentir más que nunca. Y el futuro es una fuerza extraña, lleno de dolores, polo del polo opuesto. Cuando ella se instaló… ella me inundó de cigarrillos y dormitorios dormidos. Destellantes risas azules y cabellos que no son los suyos. Cuando ella se instaló bajo mi almohada yo empecé a soñarla todas las noches. Y hacía despegar sus almas, hacía pedazos los pechos de los muertos. Leía sus historias no tan parecidas a la mía sintiendo que los besos son siempre el mismo pero nunca son iguales a aquél. La ciudad se convierte en un calvario con aire acondicionado, los tacones destrozan los parqués, las banalidades dan cordura a los hombres. Y nadie sabe cómo ni porqué, las señales de vida son escasas y todo esto perfectamente podría ser un mal sueño del que no se pueda salir nunca, solo dejando que el oxígeno y el tiempo convierta nuestros cuerpos en una carga tan pesada que sería mejor desprenderse de ellos y dejarse llevar por un reguero de sangre y lágrimas.

Ella se instaló una noche al llegar a casa. Puta tristeza. No me paga el alquiler.

..
Esto lo escribí hace tiempo y lo volví a leer ayer en papel. Sensación extraña lo de leer tus cosas en papel. Creo que ahora no se me ocurriría escribir "dormitorios dormidos" ni jarto de vino. Igual en ese momento significaba algo, no sé.

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