Thursday, May 5, 2011

Nª 112 PISTOLEROS « Gabino Peréz de Albeniz

He venido tras él con un maletín

de folios

y unos recortes de mi

periódico.

Traigo plumas también y un tintero

pero sobre todo traigo el impulso

loco de los pioneros

he atravesado paisajes jaspeados

entre rocas ensañados. Recuerdo Wichita

-siempre recuerdo Wichita- y sus noches

violentas

la imposición feroz de cada hombre por hacerse

supervivencia

como crótalos en un mundo de

belleza

qué paradoja es ver la

muerte (…)

ver la muerte con la luz bañando la

tierra

los cuerpos expuestos alineados

de los feroces

absurdamente inmóviles

sin pasión, sin arrojo…

sin realidad

jóvenes, viriles

ni siquiera nacidos para haber andamiado

un proyecto.

En sus cananas los  revólveres obscuros

inanes en su

orfandad

unas fotos para la

memoria

un disparo del

magnesio para fijar el

instante,

sólo para hacerse más y más

desconocidos,

en un lamento de

orfandad.

He venido tras él, tras el

pistolero

un asesino emergente que busca su trono

en el infierno de los obscuros.

A golpe de pezuña el paisaje descarga su primigenia

belleza

en el arco de sus pupilas

como una palabra sagrada hecha luz de

repente

hágase la luz –parece decir a cada

instante-

y la luz se hace ante mis ojos

feroces.

El hombre se hace bestia

odio latente

pavesa de guerra que incendia y

hiere

sin un destino

con la depredación en su

frente

no importa bando

no importa insignia

el soldado de Atientam de

Siloh

feroz en el combate

feroz en el imperativo de la

paz

a solas con sus infiernos cruza el

paisaje

como un espectro de Cuantrill, de

Anderson

el Oeste para él extiende la hipnosis de sus colores

paisajes que hacen al hombre

insignificante

para él son

trámites de una acción

burocrática

un camino largo y

mudo  que media entre

cada objetivo

entre la ceguera de tantos golpes

yo le busco como si buscase los mitos en el horror

con pluma, papel y tintero cruzo vientos

y vacíos testuces ígneos

a las primeras luces ensangrentados

y el siempre por delante, su voz hecha de

silencios

sobre los cuerpos blancos

en su formidable paz

yacentes. Correo electrónico Imprimir Facebook StumbleUpon

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